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Hoy en día, el fumar se considera actualmente una adicción, debido al alto contenido de nicotina. La adicción se caracteriza por una necesidad de seguir consumiendo, una dependencia física y psicológica, así como efectos perjudiciales para el organismo y entorno social.

El habito de fumar representa mucho más que la dependencia física a la nicotina, ya que, con el paso del tiempo, como fumador se comienzan estímulos sociales, conductuales o culturales. 5 millones de personas mueren en el mundo cada año por enfermedades que se relacionan con el consumo de tabaco. Esto equivale a una persona fallecida por esta causa cada 10 segundos.

La nicotina después de ser inhalada tarda aproximadamente 7 segundos en atravesar la superficie alveolar de los pulmones, entrar al torrente sanguíneo y llegar al cerebro. En este momento, se obtiene la sensación de placer, estabilidad del estado de animo o disminución de la ansiedad. En un periodo de 12 meses, el 50% de los fumadores creará una tolerancia a la nicotina, por lo que tendrá constante la necesidad de fumar.

El fumar es la causa de unas 30 enfermedades, principalmente cardiovasculares, cáncer y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Con relacion a la enfermedad cardiovascular, la nicotina altera la función plaquetaria (coagulación de la sangre) e induce estados de estrés oxidativos, lo que lleva a afectar la circulación arterial, lo que compromete a toda la función vascular, afectando a la circulación sanguínea de todos los órganos de nuestro cuerpo.

A largo plazo, la lactancia materna también ayuda a un adecuado desarrollo cognitivo, en la prevención de múltiples enfermedades como obesidad, cáncer, etc., hasta disminución de riesgo de muerte en los primeros días de vida del bebé. En la madre también tiene beneficios, uno de los principales es la disminución de riesgo de cáncer de mama y ovario, así como menor riesgo de depresión post parto.

En cuestión a los canceres de pulmón, laringe, faringe, esófago, cavidad oral, páncreas, vejiga y pelvis renal, tienen alta relación con el consumo de tabaco, esto debido a que un cigarrillo contiene aproximadamente 4,000 compuesto químicos, de los cuales 60 son compuestos carcinogénicos, lo que nos expone a un mayor riesgo de padecer cualquier tipo de cáncer.

Anteriormente el dejar de fumar se consideraba como una cuestión de elección e individual, hoy se considera mas como una enfermedad crónica y un trastorno adictivo que se debe tratar a largo plazo, esto debido a las constantes recidivas y recaídas que se tienen. Se debe llevar un manejo integral, tanto médico para evaluar las consecuencias actuales y a largo plazo del consumo constante del tabaco, así como psicológico mediante un manejo individual o incluso grupal, integrando los aspectos sociales y familiares, que también son afectados.

Fuentes: Liras A, et al. Tabaquismo: Fisiopatología y prevención. Rev Invest Clin 2007; 59 (4): 278-289.